Sirviendo a Dios con un corazón de adoración, santidad y excelencia; enseñando a las personas el mensaje puro del evangelio de Jesucristo como fundamento para una vida cristiana plena; formando instrumentos de justicia que puedan ser usado por Dios para traer el cielo a la tierra, estableciendo su reino y destruyendo las obras del diablo; Preparando una atmosfera de adoración, para que el Espíritu Santo pueda hablar directa y profundamente al hombre interior guiándolo al arrepentimiento y llevándolo a entregar su vida completamente a Dios.